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El embarazo molar (mola hidatiforme o mola vesicular) forma parte de una entidad conocida como enfermedad trofoblástica gestacional, siendo la mola la forma más benigna. Es una enfermedad localizada en el útero, que normalmente se resuelve con la evacuación uterina y, en principio, no se debe considerar ni invasiva, ni neoplásica, ni maligna.
Es más frecuente en pacientes que se quedan embarazadas en edades extremas (menores de 20 años y mayores de 40) con una frecuencia que varía mucho.
Es más frecuente en países orientales, habiendo un embarazo molar por cada 120-400 embarazos, en cambio en occidente la incidencia pude ser de uno por cada 1.000-2.000 embarazos.
A continuación veremos tres puntos esenciales para su diagnóstico: síntomas, ecografía y niveles de Beta HCG.
Tipos de embarazo molar y por qué se producen
- Mola total o completa: Es la forma más frecuente de presentación y su aspecto macroscópico es vesicular. Microscópicamente, se caracteriza por la ausencia de tejido embrionario y de amnios. Se origina como consecuencia de la fecundación de un óvulo “vacío”, con material genético ausente o inactivo. Por tanto, la carga cromosómica es sólo de origen paterno, y se comporta como un heterotrasplante. En más del 90% de los casos, la fecundación se produce por un espermatozoide 23X que se duplica, resultando un cariotipo 46XX.
- Mola parcial: Se da cuando hay tejido embrionario y/o amnios en contraste con la mola completa y hay material genético materno. El cariotipo suele ser triploide, generalmente 69XXY, como consecuencia de la fecundación de un óvulo por dos espermatozoides. Con mucha menor frecuencia el cariotipo es diploide.
Síntomas del embarazo molar
Las molas completas son asintomáticas en el 40% de los casos. Lo más frecuente es que la mola se detecte ante una sospecha de aborto espontáneo en el primer trimestre, con sangrado y dolor pélvico, ya que los signos clínicos (sangardo, vómitos, etc.) de la mola parcial son raros. Una mola suele detectarse histológicamente tras el análisis del material de aspiración de un supuesto aborto espontáneo.
Entre los síntomas podemos encontrar:
- Vómitos.
- Sangrado irregular
- Aumento anómalo (exagerado) del tamaño del útero.
- Anemia
- Preeclampsia o hipertensión del embarazo.
- Hipertiroidismo, aunque se da de manera excepcional.
Los signos clínicos del segundo trimestre se han vuelto menos frecuentes gracias al diagnóstico de la mola en etapas tempranas.
Importancia de la ecografía en el embarazo molar
La ecografía es de gran utilidad ya que aporta información sobre el contenido urinario, el aspecto de los ovarios y la observación de una posible invasión miometrial. A continuación enumeramos de manera más específica, la información que nos puede aportar la ecografía para la detección del embarazo molar:
- Útero mayor de lo esperado.
- Ausencia de estructuras embrionarias en la mola completa.
- Cavidad ocupada del tejido placentario. Es la imagen típica de “copos de nieve” o “panal de abejas”.
- Quistes ováricos.
Embarazo molar y niveles de Beta HCG
La determinación de los niveles de Beta HCG o la hormona del embarazo, se puede efectuar en sangre y en orina. En el embarazo normal, sus valores aumentan progresivamente hasta alcanzar las 100.000 mUI/ml en la semana 12, para después ir descendiendo. En cambio en el embarazo molar sus valores se encuentran muy elevados, aunque su curva siempre debe compararse con la obtenida en el embarazo normal, para la misma edad gestacional, laboratorio y método.
Leer más:
-Embarazo molar (Progresos de Obstetricia y Ginecología – Protocolo SEGO) – Elsevier
– Mola Hidatiforme – University of Maryland Medical Center
-Mola Hidatiforme – MedlinePlus