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n la consulta del ginecólogo es muy importante orientar sobre la toxoplasmosis, ya que es la infección más frecuente trasmitida por los animales al hombre. De hecho, siempre ha generado mucha preocupación y temor entre las gestantes y sus familiares debido a las complicaciones que puede ocasionar, sobre todo en el bebé.
¿Qué es la toxoplasmosis?
Es una enfermedad infectocontagiosa producida el parásito “Toxoplasma gondii”.
Su huésped definitivo son los gatos, siendo el intestino de estos animales el lugar donde ocurre la multiplicación, eliminándolo por las heces.
Los huéspedes intermediarios potenciales son numerosos, entre ellos estamos los humanos, mamíferos no felinos (animales de sangre caliente) y aves.
¿Cómo se transmite la infección por toxoplasma?
La mayoría de las pacientes se infectan sin darse cuenta, por lo que normalmente no puede identificarse la vía específica de transmisión. Se piensa que la oral es la principal vía de contagio.
Por lo general, es la paciente la que ingiere alimentos contaminados con el parásito, o sus manos son las que contactan directamente con el material fecal de los gatos u objetos contaminados por el mismo. Las probables formas de infección pueden ser:
- Comer carne contaminada poco cocinada o cruda.
- Manipular esa carne contaminada cruda sin guantes.
- Ingerir leche cruda.
- Comer verduras frescas contaminadas no lavadas adecuadamente.
- Durante labores de jardinería o en parques para niños, si la arena está contaminada (el contagio requiere que se metan las manos sin lavar en la boca).
- Beber agua contaminada.
- Ingerir directamente restos de heces de felinos infectados por Toxoplasma gondii que se encuentren en la fase de eliminación de quistes. Al menos deben haber transcurrido 24 horas después de la deposición.
- La infección no se produce tocando o acariciando al gato.
¿Existe protección frente a la toxoplasmosis?
En mujeres embarazadas que ya han estado en contacto con el Toxoplasma, y que tienen las defensas para hacerle frente, el feto estará a salvo debido a que la inmunidad adquirida protege frente a nuevas reinfecciones.
En aquellas embarazadas que no han estado expuestas previamente al Toxoplasma son seronegativas, es decir, no cuentan con anticuerpos frente a la infección, por lo que
la toxoplasmosis puede provocar abortos, muertes neonatales, importantes malformaciones congénitas y secuelas neurológicas graves en el feto (coriorretinitis, hidrocefalia, calcificaciones y retardo psicomotor), hepatoesplenomegalia, ictericia, sepsis o un cuadro totalmente inespecífico,
aunque la severidad de este varía con la edad del feto en el momento del contagio, siendo mayor en las infecciones contraídas durante el primer trimestre de gestación.
La frecuencia de transmisión del toxoplasma y la severidad de la enfermedad para el feto o recién nacido están inversamente relacionadas: a mayor edad gestacional mayor será la posibilidad de transmisión al feto, pero menor será la severidad de la toxoplasmosis.
¡Vigila lo que comes y lava bien tus manos y los alimentos antes de ingerirlos!
Leer más:
– Toxoplasmosis y Embarazo. Revista Scielo